El crecimiento de un bebé dentro del vientre
Un óvulo fecundado tarda 9 meses para transformarse en un bebé plenamente desarrollado. Durante ese tiempo, el óvulo se divide varias veces para producir los muchos millones de células que se necesitan para formar un ser humano. Al principio se llama embrión. A las 8 semanas, el bebé que va creciendo se llama feto. El feto está unido a su madre por la placenta, lo cual le proporciona alimento y oxígeno.
Las células del feto se dividen con gran rapidez. Los grupos de células se convierten en distintas partes del cuerpo, como el corazón, los pulmones, el cerebro, las manos, y los pies. A las 8 semanas el feto ya tiene apariencia humana aunque mide apenas 2, 5 cm de largo. A las 38 semanas (9 meses), el feto está listo para nacer.
El útero de la mujer llega a estirarse hasta 20 veces su tamaño normal durante el embarazo.
Por otro lado, la placenta está unida a la pared del útero. El alimento y el oxígeno contenidos en la sangre materna pasan de la placenta al feto a través del cordón umbilical. Después del nacimiento, el cordón umbilical se corta. Esto forma un hoyuelo en la panza del bebé: el ombligo.
Los bebés empiezan a respirar al instante de nacer. Cuando se corta el cordón umbilical, el bebé queda separado del cuerpo de la madre y empieza a vivir por su cuenta.
Cuando el bebé está listo para nacer, las paredes musculares del útero materno lo empujan hacia afuera a través del cuello del útero y la vagina. La mayoría de los bebés nacen de cabeza. La placenta sale del cuerpo de la mamá pocos minutos después.
El cuerpo de todos los seres humanos atraviesa los mismos cambios a lo largo de la vida. Cuando un bebé nace, puede llorar porque quiere tomar leche, pero está completamente indefenso. El bebé crece con rapidez durante los primeros años de vida aprendiendo a caminar, hablar y hacer algunas destrezas. Entre los 10 y 15 años de edad, los chicos y las chicas crecen con rapidez y llegan a ser adultos.